Ayer, mientras forraba los libros del colegio de mis hijas y miraba las etiquetas que tenía para personalizarlos se me ocurrió que podía hacer más, más personalizado, más original, que no resultara caro y que además me hiciera pasar un rato entretenido después del tedio que me supone siempre forrar libros.
Y ésto fue lo que hice, cogí unas etiquetas adhesivas rectangulares que tenía en casa y un rotulador de 0,5 mm negro y... A dibujar!
Quedaron bastante bien, verdad?
Lo mejor viene ahora porque a mis hijas les ha gustado la idea y qué mejor que sean ellas las que personalicen las etiquetas para sus libros, a su manera, con sus dibujos, así conseguirán unas etiquetas originales hechas a mano y únicas en el mundo. ¡¡Están súper ilusionadas!!
Y el rato que están entretenidas en estos últimos días de vacaciones, no tiene precio ;-)
Hola Magdalena! qué buena idea, no se me había ocurrido. Yo tengo dos niños pequeños (un niño y una niña), y me pasa lo mismo a la hora de forrar los libros, asi que como este año todavía no termino de forrar los libros de mi niño, voy a poner en práctica tu idea :) Gracias!
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